Querida Yasmine:
He pensado que debí de haber
hecho esto desde hace ya tiempo, y hasta ahora encontré el valor para hacerlo, aquí escribo cosas que tal vez no sabías, así que esto que ahora lees proviene de lo profundo de mi ser y no dudes que lo digo
sinceramente, porque ya no hay nada más que te pueda pedir y que tú me puedas
dar y porque no hay nada que yo te pueda ofrecer que te ayude a ser feliz.
Porque cada vez que me acercaba a
ti sólo te hacia más y más daño.
Porque ahora sé que eres una
excelente madre, una buena esposa y una gran mujer.
Porque aún sigo creyendo que si
no te hubiera acompañado aquel miércoles nuestras vidas serían completamente
distintas.
Porque una parte de mí nunca
comprenderá tus razones para haberte casado.
Porque me enseñaste que todos los
corazones, aunque sea por un momento, pueden alcanzar la felicidad… incluso el
mío.
Porque me has contado tanto de ti
y sin embargo aún queda tanto de ti que desconozco.
Porque lo que hubo, hay y habrá
entre nosotros no será corrompido por mis defectos y permanecerá intacto al
transcurso del tiempo y sin embargo será olvidado y borrado de la memoria, pero
vivirá en una parte de mi… y tal vez de ti también.
Porque la vida no es justa, nunca
lo será, pero es lo mejor que tenemos.
Porque tenías razón cuando decías
que cuando el amor es feliz, trae al alma dulzura y bondad.
Porque mientras escribo esto
reviven en mi mente todas tus palabras, desde el primer día en que te vi hasta
el último mensaje que me enviaste.
Porque ya es demasiado tarde para
que escuches las cosas que necesitabas oír de mi.
Porque a diario me pregunto si
soy el hombre que tu querías que fuera, que si soy lo suficientemente bueno
como para merecer una mujer como tú.
Porque cada día que pasa tu vida
y la mía se alejan más y más y me lo has dicho una y otra y otra y otra vez, y
la distancia que nos separa es más grande y tan infranqueable como el océano.
Porque llegué tarde a tu vida.
Porque todos los sueños que tenía
contigo no serán sino que eso, sólo sueños
Porque bbeto es una persona que
ya no existe y porque me quitaron el derecho a llamarte dulce Yas.
Porque no puedo escuchar a los
Beatles sin verte tarareando las canciones.
Porque no conoceré a nadie como
tú y porque no te mentí cuando dije que todas tus experiencias, todo lo que
viviste, todo lo que has vivido es lo que forjó para que ahora seas una persona
maravillosa.
Porque he roto tantas promesas
que te he hecho.
Por todo esto y por muchas otras
razones que no conozco; debo dejar de engañarme, debo dejar de saber de ti,
debo borrar todo camino que me pueda llevar a ti. Perdóname por haber tardado
tanto tiempo en comprenderlo, perdóname por todas las veces que te he hecho daño,
perdóname porque no estoy seguro si yo te he dejado algo positivo en tu vida.
Perdóname por las veces que discutiste con tu esposo por mi culpa. Perdóname
por haber tenido el valor de aceptar la verdad.
Ahora debo aprender a vivir sin
saber nada de ti, así como aprendí a vivir con el sentimiento que me hace
quererte, así como aprendí a vivir sin ti cuando te fuiste, así como aprendí a
vivir sabiendo que estabas tan cerca y al mismo tiempo tan lejos, aprenderé a
vivir con la certeza de que reirás y llorarás, de que gozarás y disfrutarás y
muy a mi pesar tal vez sufrirás, de que verás a tus hijos crecer y a tu familia
florecer, de que realizarás tus sueños, de que disfrutarás de todo lo que
mereces, de que pasarás años tranquilos y superarás toda adversidad que se te
llegue a presentar. Y todo esto sin que yo sepa ni cuándo ni cómo lo haces.
Debo alejarme para que tengas tranquilidad y que yo sólo sea un recuerdo vago
en tu mente, para que no sea ni la sombra que obstaculice tu felicidad. Te pido
perdón otra vez, pues esto debí haberte dicho desde hace tanto.
No sabes lo feliz que fui el poco
tiempo que estuvimos juntos, que ahora parece como si sólo fuera un sueño, te
agradezco todo lo que me dijiste, todo lo que me enseñaste, todo el cariño que
sentías y que me transmitiste, Gracias Yas. Confía en que todos los días rezaré
por ti, por tus hijos, por tu esposo, y te pido que reces también, que te
puedas acercar a Dios, porque te ayudará así como me ha ayudado a mí. Y ahora
que escribo estas palabras y que recuerdo tu rostro y sonrisa, no me queda más
que despedirme, si ya se que he hecho una y otra vez, pero aquellas veces que
me despedí siempre me quedo el deseo de volver a encontrarte, y ahora me he
dado cuenta de que no te traería algo bueno si nos volvemos a encontrar. Adiós
Yasmine, gracias por todo, sigue adelante no te detengas, puedes hacer y
alcanzar todo lo que soñaste, no estás sola y ningún obstáculo es puede
derribarte.
Con todo mi cariño por
siempre:
Jacobo Adalberto Zea
Cortés.